Ausencias y retardos
(fragmento)
Más allá de los últimos mástiles ardiendo,
Más allá de mis ojos y tus pies y tus manos de yeso,
Y tus pechos mordidos por la nieve,
Más allá de los jóvenes mendigos
Que con babeantes dedos mancharon en tu vientre
El sello blanco del amor:
Yo te amo.
Yo me emociono por primera vez.
Yo recuerdo tus ojos de pescado
Debajo de esta lluvia que golpea las ramas del verano.
Yo me interno descalzo por el tiempo vacío
Mientras la noche cae como un árbol quemado
Y el placer acecha entre las lianas oscuras
Desde los ojos de una boa irresistible.
Y prosigo.
Prosigo
Nadie puede alcanzarme.
Nadie puede alcanzarme cuando enciendo tu nombre,
Cuando hasta los cadáveres se cubren de rocío
Y yo danzo fatigado y triunfal en redor de tu aliento
Que arde como esqueleto de una pira en el bosque.
De Ausencias y Retardos, 1963.